
En un buen número de países de Europa, cocinar con fuego, a la brasa, es algo más que arraigado en la sociedad. Alemanes, belgas, holandeses, noruegos… todos ellos aprenden a valorar desde niños la diferencia que conlleva preparar elaboraciones gastronómicas con leña. Y es por eso que, en la mayoría de los parques, está permitido cocinar. Sin ir más lejos, Berlin ofrece un plano de los parques de la ciudad en los que se pueden encender barbacoas. Por aquí os dejamos el link: http://berlunes.com/barbacoas-berlin.
Desde nuestra humilde opinión, creemos que un buen punto de partida sería crear cultura, en el más amplio sentido de la palabra; se trata, de entrada, de desmitificar esa creencia absurda de que barbacoa es sinónimo de chorizo, pancita y colesterol. La cocina a la brasa es mucho más que eso, sin duda. Una buena parrilla permite cualquier materia prima de una forma lenta y, sobre todo, saludable. Sin embargo, uno de los principales problemas que no permiten que esta cultura de la brasa se extienda es el miedo al fuego existente en la sociedad, motivado en parte por la acción de grupos de desalmados sin raciocinio que arrasan el monte cada vez que se les ocurre ir a chamuscar unas pancetas. A este respecto, podría tomarse una serie de medidas reguladoras que, además de solucionar el problema, podrían incluso fomentar la creación de empleo en estos tiempos de crisis:
1º Del mismo modo que para cazar o pescar es necesario tener unos conocimientos plasmados en una licencia, para hacer barbacoas en recintos públicos debería ser necesaria la obtención de un carnet que acreditase unos conocimientos de manejo y protección del fuego correctos. De igual forma, tendría que ser obligatorio dar parte del numero de licencia a la autoridad competente para informar de que se va a realizar una barbacoa en una fecha determinada.
2º Se potenciaría el trabajo a formadores que, a su vez, formasen e informasen sobre cómo trabajar el fuego tanto desde el punto de vista de la seguridad como desde el punto de vista gastronómico, ya que la escasa cultura que tenemos en materia de Barbacoa impide a los usuarios pasar del chorizo y la morcilla, obviando elaboraciones tan suculentas como los pescados, las verduras o los postres a la brasa.
3º Económicamente, se está perdiendo una fuente de puestos de trabajo que en el resto del mundo mueve millones de euros. Aficionados de todo el mundo que tienen como hobby cocinar en barbacoa, gastan una gran cantidad de dinero en herramientas y accesorios que les permitan mejorar sus platos.
Para terminar, os dejamos por aquí un link a la página web de la primera escuela de barbacoa de España. Muchos ya la conocéis, y sabéis que en ella realizamos cursos monográficos sobre cocina a la brasa. No obstante, si aún queda alguien que no conozca su existencia… www.barbacoaclub.es
Juan Manuel Benayas (Gerente de La Carbonería y Fuegomarket)